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Autor: Ernandez Oliveira

¿Qué Son los Derivados?

Los derivados son instrumentos financieros cuyo valor deriva de otros activos, tasas de referencia o índices de mercado. Pueden derivarse tanto de activos físicos, como soja, maíz y petróleo, como de activos financieros, como monedas, acciones o tasas de interés. Los principales tipos de derivados son: contratos a plazo, contratos de futuros, opciones y swaps.

¿Cuál es la Dinámica de Negociación?

La dinámica de negociación de los derivados es relativamente sencilla: las partes involucradas se comprometen a comprar o vender un activo específico por un precio determinado en un plazo establecido. Esta transacción implica un acuerdo previo sobre el objeto, el precio y el plazo, que son conocidos de antemano por ambas partes. Sin embargo, lo que genera incertidumbre y riesgo es el hecho de que el precio futuro del activo subyacente para el derivado es siempre desconocido.

Aunque la negociación en sí es relativamente simple, las estrategias para operar con estos instrumentos pueden ser extremadamente complejas.

¿Cuál es la Utilidad de los Derivados?

Cada tipo de derivado tiene sus propias características y reglas de negociación; sin embargo, todos tienen prácticamente tres usos: protección, especulación y arbitraje, como se detalla a continuación:

Protección

Los derivados son especialmente útiles para fijar precios de activos en el futuro, actuando como una especie de seguro que reduce los impactos de la volatilidad de precios en los mercados. Esta función permite que las empresas prevean y planifiquen mejor sus flujos de caja, ya que tienen conocimiento anticipado de los gastos y costos. Este uso, conocido como hedge, es especialmente relevante para compañías con deudas en moneda extranjera, como dólares o euros, o que necesitan estas monedas para importar insumos. Además, los derivados son de extrema importancia para negocios de base agrícola, minera y fabril, que dependen directamente de las commodities.

Especulación

En el otro lado de las operaciones de protección, normalmente encontramos a los especuladores. Estos agentes lucran con las variaciones entre los precios acordados en los contratos y los precios reales de las mercancías, lo que puede resultar en ganancias o pérdidas para los vendedores y compradores de los derivados.

Para el especulador, el activo subyacente del derivado no es de extrema importancia; está más interesado en el riesgo involucrado en las operaciones y en la posibilidad de obtener beneficios.

A pesar de que algunas personas tienen una visión negativa de los especuladores, desempeñan un papel crucial en el mercado financiero. Al actuar como contrapartes para aquellos que buscan protección de precios, los especuladores son esenciales para el funcionamiento del mercado, asumiendo riesgos y generando liquidez.

Es importante mencionar que estudios sugieren que las operaciones de day trading, en general, han resultado en pérdidas para inversores particulares, y estas pérdidas pueden ampliarse en casos de operaciones apalancadas que utilizan instrumentos de derivados.

Arbitraje

Algunos inversores utilizan instrumentos derivados para realizar operaciones de arbitraje, las cuales se consideran de bajo riesgo en comparación con las operaciones de especulación. Esto se debe a que, en el arbitraje, el precio de compra y de venta ya son conocidos anticipadamente.

En términos simples, el arbitraje consiste en aprovechar precios diferentes para el mismo activo en diversos mercados. Aunque el valor intrínseco del activo es el mismo, independientemente del mercado, el proceso de formación de precios no es perfecto, lo que puede llevar a discrepancias en los precios. Es en este punto donde entra en juego el arbitraje, buscando igualar los precios y generar beneficios, normalmente de forma pequeña en cada operación.

En tiempos de negociación de alta frecuencia, home brokers y altísima velocidad de transmisión de datos, las oportunidades de arbitraje son menores y el proceso de formación de precios tiende a ser más eficiente. Sin embargo, históricamente, los derivados utilizados en arbitraje han sido muy útiles para inversores que obtuvieron beneficios y para mercados que se volvieron más eficientes.

Con Grandes Poderes Vienen Grandes Responsabilidades

Existen diversas controversias en torno a los derivados, pero es innegable que estos instrumentos desempeñan un papel útil y crucial en las economías capitalistas modernas. Sin embargo, es esencial considerar la magnitud de las operaciones que involucran estos activos y la posibilidad de generar riesgos sistémicos. Por ello, creo que tales operaciones deben llevarse a cabo con cautela y basadas en estudios profundos. Estoy de acuerdo con las palabras del oráculo de Omaha:

“Los derivados son armas financieras de destrucción masiva.”

— Warren Buffett

¿Cómo Invertir en el Mercado de Derivados?

Para invertir en derivados, es necesario seguir algunos pasos, entre los cuales están:

  1. Conocer tu perfil de inversor
  2. Elegir una correduría para operar
  3. Analizar los derivados y elegir una estrategia

Si tienes interés en invertir en este mercado, considera contar con la ayuda de un consultor de inversiones. Para más información sobre cómo invertir en los cuatro tipos de instrumentos citados, contáctame para agendar una consulta.

Renta Fija y Renta Variable

Las inversiones se clasifican en dos categorías principales: renta fija y renta variable. La principal diferencia entre ellas es que, en la renta fija, el valor que se recibirá en el futuro se conoce en el presente, mientras que en la renta variable no es posible predecir el valor con certeza. Existen varias clases de activos que pertenecen a uno de los dos grupos. Además, hay vehículos de inversión que pueden estar formados por activos de renta fija, pero se consideran inversiones de renta variable.

Algunos ejemplos de inversiones de renta fija son los Títulos Públicos Predefinidos, como ciertos bonos del Tesoro, Certificados de Receivibles Inmobiliarios o Certificados de Receivables del Agronegocio, con tasas predefinidas, debentures y otros. En la renta variable, las acciones y los fondos de inversión inmobiliaria son buenos ejemplos. Los fondos de inversión y los ETFs (Fondos Cotizados en Bolsa—típicamente fondos de acciones que replican índices y se negocian en bolsas de valores) también suelen tener rendimientos variables. Además, existe otra opción de inversión que puede combinar activos de renta fija y renta variable, como es el caso de las operaciones estructuradas. Estas operaciones pueden ser estructuradas por los propios inversores, pero es común que las corredurías ofrezcan operaciones ya estructuradas para sus clientes, conocidas como COEs (Certificados de Operaciones Estructuradas).

En Brasil, hay varias opciones de inversión. Sin embargo, al comparar nuestro país con naciones y mercados más desarrollados, como el mercado financiero y de capitales de Estados Unidos, nos damos cuenta de que las opciones aquí siguen siendo relativamente limitadas. En los últimos años, la educación financiera ha llegado a más personas, pero todavía hay mucho espacio para crecer en este ámbito. Algunas personas tienen preferencias por inversiones y activos de renta fija, mientras que otras prefieren la renta variable; estas preferencias dependen de diversos factores, como el perfil del inversor, la tolerancia al riesgo, el horizonte de inversiones, entre otros.

Es importante destacar que muchas personas, al invertir, no consideran algunas de las características de las inversiones y también pueden no ser muy conscientes del riesgo que asumen al invertir en determinados activos o realizar ciertas operaciones. Esta falta de conciencia puede causar pérdidas y, en consecuencia, insatisfacción. Por ello, es importante buscar conocer mejor los mercados, los activos e incluso los intereses de los participantes. El mercado está lleno de personas que prometen rendimientos, estrategias, información y, en mi opinión, hasta milagros. En el caso de las pirámides financieras, por ejemplo, las personas son persuadidas a participar en el sistema y, en la mayoría de los casos, terminan perdiendo dinero, ya que la base de la pirámide, en el momento de la caída, siempre es muy amplia.

Independientemente de tu preferencia respecto a las clases de activos, siempre es bueno contar con la ayuda de un profesional. Como dijo el inversor legendario conocido como el oráculo de Omaha:

“El riesgo viene de no saber lo que estás haciendo.”

— Warren Buffett

Si deseas empezar a invertir o necesitas ayuda con tu cartera de inversiones, puedes contar con la asistencia de un Consultor de Inversiones acreditado por la Comisión de Valores; contáctame para agendar una consulta inicial.

¿Por qué ahorrar?

Existen varios factores que justifican el acto de ahorrar. Si crees que la vida es corta y que no vale la pena dejar para después el dinero que se puede gastar hoy, quizás debas replantearte esa perspectiva.

La Comisión de Valores Mobiliarios de Brasil define ahorrar como acumular valores en el presente para utilizarlos en el futuro, lo que generalmente implica cambios de hábitos y requiere una reducción en los gastos personales y familiares.

Ahorrar permite alcanzar la seguridad financiera, uno de los principales factores de felicidad, ya que proporciona una relación más tranquila con el futuro. Imagina, por ejemplo, saber que si quedas desempleado durante un año, tienes recursos suficientes en tu ahorro para mantenerte durante ese período. Es en esos momentos que el ahorro en forma de reserva financiera o fondo de emergencia es extremadamente útil. Alcanzar un nivel de ahorro lo suficientemente alto como para poder sostenerte durante un año no es fácil, pero es posible. Con una capacidad de ahorro del 10% de tus ingresos, en 10 años puedes acumular un año de reservas.

Ahorrar es un hábito muy importante también para quienes desean invertir. Según la Comisión de Valores Mobiliarios, invertir es emplear el dinero ahorrado en aplicaciones que generen intereses u otra forma de remuneración o corrección. Es decir, cuando inviertes tu dinero, después de un determinado período de tiempo, tendrás más dinero del que tenías antes. Es un ciclo virtuoso: cuanto más ahorras, más puedes invertir y menos necesitas ahorrar para tener seguridad financiera.

Si comienzas a ahorrar hoy, en el futuro podrás mirar hacia atrás y estar agradecido con tu “yo” actual por haber empezado a ahorrar e invertir. Puede que esté enfrentando momentos de dificultad o recogiendo buenos frutos de inversiones, pero de cualquier manera, tú eres el responsable de todo eso.

Saber invertir es tan importante como ahorrar, ya que una inversión puede aumentar considerablemente la riqueza ahorrada o incluso destruirla por completo. Por eso, en otros artículos, explicaré detalladamente los tipos de inversiones, los tipos de riesgo y los perfiles de inversores. Si conoces tu perfil de inversor y entiendes los tipos de inversiones y sus riesgos, seguramente podrás elegir la más adecuada y hacer crecer tu patrimonio.

Para muchas personas, el mundo de las inversiones es considerado aburrido y altamente complejo, lo que puede ser bastante desalentador. Además, los errores en este campo pueden costar mucho. Sin embargo, no es necesario dedicar mucho tiempo o comprender activos e instrumentos complejos y tediosos. Puedes contar con la ayuda de un profesional cualificado, que encuentra el mercado financiero interesante y que ha hecho de su profesión ayudar a las personas a invertir mejor.

Si deseas iniciar tus inversiones o si ya eres un inversor y buscas mejorar tus retornos o reducir los riesgos, puedes contar conmigo para ayudarte, a cambio de una tarifa justa y transparente. Con la consultoría de valores, no hay conflicto de intereses y puedes contar con un servicio profesional para adecuar tus activos a tu perfil, objetivos y horizontes temporales. Contáctame y agenda una consulta.

Que son las acciones?

Las acciones son títulos—también conocidos como papeles—que representan la menor fracción del capital social—o patrimonio neto—de una empresa y son el resultado de la división del capital social en partes iguales. Las acciones pueden ser tanto de sociedades anónimas cotizadas en bolsa como de capital cerrado. Sin embargo, en el contexto del mercado financiero, normalmente se utiliza el término “acciones” para referirse a las fracciones de compañías que cotizan en bolsa, es decir, aquellas que se negocian en alguna Bolsa de Valores.

Como una acción es una inversión en un título patrimonial, que otorga a sus titulares—los accionistas—los derechos y deberes de un “socio” de la compañía, dentro de los límites de las acciones poseídas y conforme a lo establecido en la legislación, la adquisición de acciones otorga al accionista derechos como: voto en asamblea—dependiendo del tipo de acción o de determinadas condiciones previstas en la ley—dividendos, intereses sobre el capital propio (en Brasil), bonificaciones y derechos de suscripción. Estos ingresos—que pueden aumentar el capital o la cantidad de acciones de un accionista—son formas de remuneración que los accionistas esperan a cambio del capital invertido y la asunción de riesgo.

Al igual que ocurre con el concepto de Persona Jurídica (PJ) a partir del Principio de Entidad y la idea de responsabilidad limitada, las pérdidas en las que los accionistas pueden incurrir al invertir en acciones son, por regla general, limitadas al valor pagado por las mismas (similar al capital social invertido en el caso de las empresas de capital cerrado). Además, las acciones son normalmente activos bastante líquidos: fáciles de negociar y convertir en dinero. Estas características han contribuido a hacer de las acciones uno de los principales tipos de activo para el ahorro y la inversión, así como herramientas extremadamente importantes para el desarrollo económico de las naciones—sobre todo de las economías capitalistas modernas—desde que surgieron en Ámsterdam para financiar las grandes navegaciones de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales.

Existen diferentes tipos de acciones, como Ordinarias (ON) y Preferentes (PN), así como diferentes segmentos de cotización, lo que confiere a los accionistas derechos distintos, a pesar del entorno común del mercado de la Bolsa de Valores. Además de las reglas específicas de cada tipo de papel y de cada segmento de cotización, las compañías cuyas acciones representan el capital social también están expuestas a diferentes mercados y riesgos y cuentan con un grupo de ejecutivos y gestión distintos, que pueden aportar a la persona inversora mejores o peores resultados.

El análisis profesional de acciones es prerrogativa de los Analistas de Valores; sin embargo, sus análisis y recomendaciones son de carácter general. Los analistas pueden, por ejemplo, indicar si creen que una acción está barata o cara, lo que indicaría si las personas deberían o no invertir en determinada compañía. Sin embargo, incluso si una acción está barata, la compañía puede no ser adecuada para el perfil de riesgo de la persona inversora o no tener sentido en relación con sus objetivos o horizonte temporal, lo que podría ocasionar pérdidas en el futuro.

El Consultor, sin duda, depende bastante del trabajo de los analistas, pero este trabajo por sí solo no es suficiente para la decisión de asignación de recursos. Se necesita un análisis más holístico, detallado e integral para cada persona inversora. Este análisis profundo permite decisiones personalizadas y más asertivas. De cualquier manera, la consultoría de valores es una actividad privativa del Consultor de Valores según la ley.

Para manejar mejor los riesgos externos—como factores macroeconómicos—y los internos de las compañías—como la gobernanza corporativa y la cultura, por ejemplo—al invertir en acciones, es importante contar con la ayuda de un profesional de inversiones especializado e independiente, como un Consultor de Valores. Contáctame y agenda una consulta.

Minimalismo – Un Artículo Sobre las Cosas Importantes

En primer lugar, debo decir que este texto se inspiró en un excelente documental lanzado en 2016 y dirigido por Matt D’Avella: Minimalism: A Documentary About the Important Things (Minimalismo: Un Documental Sobre las Cosas Importantes). El documental dura poco más de una hora y presenta sus ideas con un lenguaje sencillo y una banda sonora agradable. Sin embargo, nos lleva a reflexionar sobre nuestro propio consumo; incluso podríamos cuestionar si, al comprar algo, estamos consumiendo o siendo consumidos. Otra inspiración para este artículo fue una entrevista a José Mujica (expresidente de Uruguay) en el documental HUMAN, también lanzado en 2016. En ella, Pepe Mujica habla sobre sobriedad y consumismo.

En el artículo “El placer del desapego: los minimalistas defienden que tener menos cosas crea más libertad,” de Laís Modelli, disponible en el sitio web de la BBC, la autora explica el término.

La palabra “minimalismo” surgió de movimientos artísticos del siglo XX que seguían el precepto del uso de pocos elementos visuales y, poco a poco, se trasladó al ámbito social.

“Como expresión de comportamiento en la sociedad, el minimalismo es un reflejo de movimientos contraculturales anteriores, como el punk y el hippie, que cuestionaron la sociedad de consumo y sus excesos”, explica Marcelo Vinagre Mocarzel, investigador en cultura y comunicación y profesor de la Universidad Federal Fluminense.

A diferencia de los contraculturales, los minimalistas no buscan construir una sociedad alternativa. “Los minimalistas han buscado combatir el consumismo desde dentro del sistema. Esto significa que trabajan, se visten normalmente e incluso consumen.”

“En cierta medida, los minimalistas se acercan más a los capitalistas clásicos descritos por Max Weber: el capitalismo no es el problema para ellos, sino este capitalismo salvaje anclado en la ostentación y el despilfarro”, señala.

Aclarado el significado de la palabra, podemos continuar. Muchas partes de nuestras vidas se viven de manera automática; pasamos todo el tiempo buscando y nunca nos satisfacemos verdaderamente. Muchas personas se sienten vacías e intentan llenar ese vacío con cosas, consumiendo o siendo consumidas.

A la vez que vivimos los mejores estándares de vida de la historia, existe una búsqueda insaciable de más. Este deseo puede ser natural, pero en la actualidad, ya no es tan necesario; no vivimos más en medio de la naturaleza salvaje. Estamos programados para vivir en un entorno, pero vivimos en otro muy diferente.

La cultura estadounidense también nos ciega de cierta manera, con una ilusión de cómo deberían ser nuestras vidas: perfectas e irreales. A pesar de que tenemos una cultura propia y bastante diferente de la estadounidense, importamos gran parte de nuestra cultura de masas de los EE.UU.; las películas, series, músicas y libros consumidos en Brasil son, en su mayoría, de origen estadounidense. Esto puede generar mucha insatisfacción: además de no tener el mismo poder adquisitivo que los ciudadanos estadounidenses, intentar vivir de esa manera puede causar graves daños, y la mayoría de nosotros no ve una alternativa de vida, excepto aquella que somos estimulados a vivir diariamente y sin descanso. La gente necesita saber que tiene una opción, que no necesita vivir de esa manera.

El minimalismo es una alternativa, una forma de escapar de la locura, de los excesos, de todo lo que no aporta valor. Vivir más deliberadamente con menos es un objetivo noble. Vivimos en un mundo en el que se nos trata como mercancías. Existimos para ser consumidos.

Las casas enormes que muchos tienen hoy, y que los que no tienen sueñan con poseer, no se utilizan por completo; solo se usa una pequeña parte del espacio, algo en torno al 40%. Lo mismo ocurre con el armario lleno de piezas que rara vez ven la luz del sol. Desde un punto de vista radical, el simple hecho de tener casas más grandes de lo necesario ya genera varios problemas, además de los costos privados de depreciación y el costo de oportunidad de gastar en algo que no es necesario y no aporta nada a nuestra vida; existe también el enorme costo que se socializa, el costo logístico de personas viviendo cada vez más lejos de sus lugares de trabajo, generando cada vez más demandas de automóviles, ineficiencias energéticas, gasto de tiempo, todo ello porque es una tragedia de los comunes: cada uno quiere una casa grande. Si solo utilizáramos el espacio necesario, por ejemplo, y lográramos reducir las distancias en un 25%, tendríamos un 25% menos de pérdidas de combustible, tiempo de desplazamiento, energía en las líneas de transmisión y alta tensión, así como en las redes de saneamiento. Imagínate si esto generara una reducción del 10% en tus facturas; además de ser sostenible, sería un ahorro tremendo, una gran ganancia en eficiencia que no disminuiría en nada tu calidad de vida o las ganancias de las compañías de energía y saneamiento. Para beneficiar a algunos sectores de la economía, se nos estimula a consumir mucho más de lo necesario, y esto empeora la vida para la parte de la población que no tiene acciones o cuotas de las empresas y necesita trabajar para generar ingresos.

A veces, es bueno pensar antes de consumir, así podemos reducir nuestros propios gastos y también las externalidades negativas que generamos. Consumir es también un acto político. Y consumir con conciencia y buen juicio es votar por el mejor candidato siempre. Todo el poder emana del pueblo, que muchas veces lo ejerce entregándolo a alguien que perjudica a la sociedad en su conjunto.

No siempre vamos a tomar decisiones óptimas, pero podemos tomar decisiones mucho mejores que las que tomamos actualmente. No es fácil leer esto, pero somos irresponsables. Muy irresponsables. Además, según Forrest Gump, idiota es aquel que hace tonterías, y bajo esa definición, podríamos considerarnos idiotas. La ventaja de vernos así es darnos cuenta de que podemos mejorar con un simple cambio de comportamiento, reduciendo la cantidad de tonterías que hacemos.

En economía, la monotonicidad implica que es preferible más a menos. Esto puede no parecer muy racional, pero comprar menos que más, desde la perspectiva del minimalismo, tiene sentido. Tener más de cualquier bien no siempre es mejor, ya que puede generar costos innecesarios. Un costo que no satisface una necesidad es un intercambio que no tiene sentido. Si compro productos de mejor calidad y mayor durabilidad, puedo comprar menos productos. Y como el valor es mayor, el precio también lo es, por lo que las corporaciones podrían seguir con sus ganancias, los empleados con sus trabajos y los clientes con sus productos (en menor cantidad y con mayor calidad). Algunas empresas ya lo hacen: venden productos de alta durabilidad y rendimiento, y tienen mucho éxito con este modelo de negocio.

Con una economía cada vez más dependiente de servicios, también se podría incentivar la reparación de bienes en lugar del descarte y sustitución por nuevos productos, lo que también mantendría una fuente de ingresos para las empresas. Necesitamos cambiar nuestras demandas y, así, incentivar que las empresas cambien sus ofertas.

La economía, de forma sencilla, es la ciencia de la asignación de recursos escasos. Podemos hacer asignaciones mucho más eficientes y dedicar muchos más recursos a la investigación y el desarrollo; solo necesitamos tomar mejores decisiones.

Con el minimalismo, podemos tener más progreso en menos tiempo. Imagina transformar el 10% de los gastos en productos superfluos en investigación y desarrollo en áreas como salud, energía, educación, inteligencia artificial, entre otras. Podríamos construir un mundo mucho mejor que el actual; podríamos erradicar la pobreza y el hambre en la Tierra o incluso conquistar otros cuerpos celestes, todo ello simplemente tomando decisiones más inteligentes.

Gustavo Cerbasi define el salario no como un ingreso, sino como una indemnización, siguiendo la interpretación de que trabajar roba tiempo al trabajador, tiempo que podría dedicar a inversiones personales, perjudicando así el aumento de su riqueza. El fruto de nuestro trabajo puede ser mucho más sabroso. Una vida llena de avaricia ciertamente es un camino hacia la infelicidad y la insatisfacción, pero una vida frugal no. Una vida frugal puede ser un camino hacia una vida muy satisfactoria y libre.

Imagina una vida con menos: menos estrés, menos insatisfacción, menos deudas, una vida con menos distracciones. Ahora imagina una vida con más: más tiempo, más relaciones significativas, más crecimiento, más contribución y satisfacción. Somos muy materialistas, en el sentido coloquial de la palabra, pero en el sentido real, somos poco materialistas, ya que descartamos mucho material, tratamos el resultado de mucho trabajo como basura. Tiramos trabajo humano todos los días, el nuestro y el del prójimo. Esto en sí mismo no es un problema, no es necesariamente malo, pero tirar tanto trabajo humano a la basura, sin ninguna necesidad, parece poco ético y muy cruel.

En el documental, dos citas son particularmente impactantes:

“Crees que más dinero te dará más seguridad. El problema es que no necesariamente tienes control sobre ganar más. Una cosa que sí tienes control es gastar menos. Tienes el control de tener menos, y al tener menos, automáticamente usas mejor lo que tienes.”

“Porque no creo que haya nada de malo con el consumismo. El problema es el consumismo compulsivo. Comprar cosas porque eso es lo que deberías hacer. Eso es lo que la publicidad nos dice que hagamos. O ese es el modelo mágico de felicidad, y luego, cuando lo obtienes, te das cuenta de que no te hace tan feliz como pensabas.”

Podemos concluir que tal vez deberíamos ser más conscientes, menos tontos, tomar mejores decisiones y no entregar nuestra libertad a nadie, porque sin ella no podemos tener nada más.

Si estás interesado en vivir una vida minimalista y quieres empezar a invertir con la ayuda de un Consultor de Valores registrado en la Comisión de Valores, contáctame y agenda una consulta.

¿Qué es el Tesouro Direto?

El Tesouro Direto es un programa del Tesoro Nacional desarrollado en asociación con la B3 – Bolsa de Valores de Brasil – para la venta de títulos públicos federales a personas físicas, de forma 100% en línea. El programa fue lanzado en 2002, durante el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso, con el objetivo de democratizar el acceso a los títulos públicos, permitiendo inversiones a partir de aproximadamente R$ 30,00.

Los títulos comercializados por el programa son títulos del Tesoro Nacional o títulos de la Deuda Pública Federal (DPF) y desempeñan un papel muy importante para el mercado y el gobierno. Estos títulos son instrumentos de equilibrio fiscal y sirven para la generación de recursos en la sociedad, con el objetivo principal de financiar los gastos públicos.

Los gobiernos frecuentemente utilizan recursos de préstamos para financiar sus actividades, ya sea en países emergentes o económicamente más desarrollados. Históricamente, los títulos públicos han sido muy relevantes para financiar gastos relacionados con guerras, operaciones militares, investigación científica e infraestructura. Algunos ejemplos de países con deudas públicas notorias – por diversas razones – son Japón, Estados Unidos, Grecia y Argentina.

Además de la importancia histórica de las deudas públicas para los Estados, los títulos de deuda también constituyen importantes instrumentos de ahorro e inversión. El gobierno, por lo general, es el mejor agente al que se puede prestar dinero, ya que es casi seguro que se recibirá el monto incrementado con intereses en el vencimiento. Esto ocurre porque el gobierno puede imprimir más dinero y honrar la deuda, lo que no pueden hacer otros acreedores. Se asume que el préstamo al gobierno es considerado la inversión más segura que existe, ya que para que uno no reciba el monto prestado, es necesario, en teoría, que todo el país quiebre, algo bastante difícil.

Los gobiernos ya han incumplido, y cada país tiene un riesgo y una prima de riesgo específicos. De cualquier manera, gran parte de las instituciones financieras mantienen parte de sus reservas en títulos públicos. Además, en caso de crisis económica severa, también puede ocurrir la imposición de impuestos sobre propiedades como inmuebles, o incluso la emisión de grandes sumas de dinero, lo que puede erosionar el valor del dinero a través de un impuesto inflacionario. O sea, es virtualmente imposible librarse del riesgo de la deuda pública, solo se puede minimizar la exposición al mismo: estrategias como invertir en otros países pueden reducir este riesgo, pero, en este caso, el agente se expone a los riesgos de la economía y de la deuda pública del otro país en cuestión.

En el contexto de economías globalizadas, la gran integración entre las economías nacionales produce riesgos sistémicos o no diversificables. La interacción comercial entre las naciones, empresas y habitantes altera las reservas y los flujos financieros. Brasil, por ejemplo, es uno de los países que más financia la deuda pública de Estados Unidos. A primera vista, puede parecer que no tiene sentido que Brasil, que toma dinero prestado, preste dinero al Tesoro de EE. UU., especialmente considerando que las tasas de interés pagadas por el Gobierno Brasileño suelen ser mayores que las pagadas por el Gobierno de los Estados Unidos, causando una efectiva pérdida para las arcas brasileñas. Sin embargo, estas reservas son muy útiles para evitar la volatilidad del mercado internacional, generando confianza para los agentes que dependen de la conversión de divisas para comerciar.

Las reservas internacionales gestionadas por el Banco Central de Brasil sirven como una especie de “seguro” que garantiza el cumplimiento de obligaciones en el exterior. Las reservas suelen estar constituidas en dólares estadounidenses, ya que es la moneda más utilizada para el comercio internacional, y los títulos del Tesoro de EE. UU., que están garantizados por el Gobierno de los Estados Unidos, se consideran uno de los más seguros del mundo, en parte por el tamaño y pujanza de la economía estadounidense.

Volviendo al Tesouro Direto, sus características de seguridad, accesibilidad y flexibilidad lo han convertido en un programa muy exitoso. Es una excelente alternativa de inversión, ya que ofrece títulos con diferentes tipos de rentabilidad (preestablecida, vinculada a la variación de la inflación o a la variación de la tasa de interés básica de la economía), diferentes plazos de vencimiento y también diferentes flujos de remuneración. Este gran número de opciones facilita encontrar títulos alineados con los objetivos de cada persona inversora.

Los títulos pueden ser preestablecidos o vinculados a la variación de la tasa Selic – tasa de interés básica de la economía – o a la variación de la tasa IPCA – tasa de inflación oficial de Brasil – y tienen diferentes plazos de vencimiento, permitiendo inversiones de relativo corto o largo plazo. Algunos títulos pagan intereses semestrales, es decir, no es necesario esperar el vencimiento del título o venderlo antes de la fecha de vencimiento para comenzar a disfrutar de los beneficios de la inversión.

Además de los títulos con las características mencionadas, actualmente existen dos tipos de títulos muy específicos: el Tesouro Renda+ y el Tesouro Educa+. El Tesouro Renda+ es un título con pago de rentas mensuales a partir de la fecha de conversión que ocurre 240 meses antes de la fecha de vencimiento. Es decir, el título puede servir como un complemento a la jubilación, ayudando a la persona inversora a jubilarse con calidad. El Tesouro Educa+ también es un título con pago de rentas mensuales a partir de la fecha de conversión que ocurre 60 meses antes de la fecha de vencimiento. Este título tiene el propósito de ayudar a las familias a invertir en el futuro educativo de sus hijos, funcionando como una especie de ahorro. Ambos títulos tienen una remuneración híbrida, con una parte fija y otra vinculada a la inflación.

Para manejar mejor los riesgos de la Deuda Pública Federal y elegir los títulos y plazos más adecuados para sus objetivos, considerando las condiciones macroeconómicas, la necesidad de recursos y otras características propias de su planificación financiera, es importante contar con la ayuda de un profesional de inversiones especializado e independiente, como un Consultor de Valores Mobiliarios. Póngase en contacto conmigo y agende una consulta.

Diferencia entre Bonos del Tesoro Público de Brasil

Hace unos días, un cliente de consultoría me preguntó cuál era la diferencia entre dos bonos del Tesoro Directo: el Tesoro a Tipo Fijo con Intereses Semestrales 2035 y el Tesoro IPCA+ con Intereses Semestrales 2040. Una diferencia obvia son los casi cinco años de diferencia entre los plazos de vencimiento de los bonos. Además, voy a ignorar los valores de las tasas pagadas en cada caso. Ambos pagan intereses semestrales. Con fines didácticos, me centraré en el hecho de que uno es a tipo fijo y el otro está vinculado al IPCA.

El IPCA es el Índice de Precios al Consumidor Amplio, medido por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística), y es el indicador oficial de inflación del país.

El primer bono, a tipo fijo, tiene una tasa definida, proporcionando una remuneración garantizada en términos nominales. El segundo bono tiene una parte garantizada en términos nominales y también paga la variación de la inflación. Es decir, en el segundo caso, el inversor tiene la certeza de que su dinero se ajustará en términos reales.

Para fines de análisis, utilicemos un ejemplo muy simplificado:

Supongamos que el IPCA está en el 5% y la tasa de interés del Tesoro IPCA+ también está en el 5% para un período. Asumimos entonces que se pagarán intereses del 10% para el período. Si el Tesoro a tipo fijo también paga el 10%, no existe prácticamente ninguna diferencia entre las dos inversiones.

Ahora supongamos que la inflación sube al 10%, quienes inviertan en el Tesoro IPCA recibirán un 15% de rentabilidad, mientras que quienes inviertan en el Tesoro a tipo fijo recibirán solo un 10%. Por otro lado, supongamos, por ejemplo, que la inflación registrada en el período cae al 2%, entonces el inversor del Tesoro a tipo fijo recibiría un 10% y el inversor del Tesoro IPCA+ recibiría un 7% como remuneración para el período.

A partir de este análisis, podemos ver que mientras una tasa es fija, la otra es híbrida, compuesta por una parte fija y otra variable. De esta manera, también nos damos cuenta de que estas inversiones pueden ser más o menos indicadas para cada caso, de ahí la importancia de contar con la ayuda de un especialista. Ponte en contacto conmigo y agenda una consulta.

La importancia de tener un asesor financiero: Protege y haz crecer tu dinero

¿Alguna vez has pensado en cómo podrías estar utilizando tu dinero de manera más eficiente? Muchas personas enfrentan dificultades cuando se trata de finanzas personales e inversiones, y no estás solo en esto. La buena noticia es que existe una solución simple y accesible para ayudarte a mejorar tu situación financiera: contratar un asesor financiero.

¿Por qué contratar un asesor financiero?

  1. Especialización y Conocimiento: Un asesor financiero es un profesional capacitado para entender y gestionar inversiones. Conoce los detalles del mercado financiero, las mejores estrategias y puede ayudarte a evitar errores comunes que pueden costar caro. ¡Imagina tener a alguien que conoce todas las opciones disponibles y puede elegir la mejor para ti!
  2. Planificación Personalizada: Cada persona tiene una situación financiera única. Lo que funciona para una persona puede no ser lo mejor para otra. Un asesor financiero analizará tu situación personal y creará un plan adaptado a tus necesidades y objetivos. Ya sea para comprar la casa de tus sueños, asegurar la educación de tus hijos o garantizar una jubilación tranquila, él puede ayudarte a trazar el camino correcto.
  3. Ahorro de Tiempo: Administrar tus inversiones puede ser complicado y consumir mucho tiempo. Al contratar un asesor, delegas esta responsabilidad a un especialista, permitiéndote concentrarte en otras áreas de tu vida sin preocuparte por el seguimiento diario de tus inversiones.
  4. Seguridad y Tranquilidad: Con la ayuda de un asesor financiero, puedes evitar decisiones impulsivas y, a menudo, perjudiciales. Te ayudará a entender los riesgos y oportunidades del mercado, haciendo que te sientas más seguro y confiado en relación con tu futuro financiero.
  5. Seguimiento Continuo: El mercado financiero es dinámico y siempre está cambiando. Un buen asesor financiero no solo ayuda a crear un plan inicial, sino que también monitorea y ajusta tus estrategias según sea necesario. Esto significa que tendrás a alguien siempre actualizado sobre las mejores prácticas y oportunidades.

¿Cómo elegir al asesor adecuado?

Al elegir un asesor financiero, es importante verificar su formación y experiencia. Asegúrate de que tenga un buen historial y referencias positivas. Además, es esencial que el asesor entienda tus necesidades y trabaje de manera transparente, explicando todas las opciones y costos involucrados.

Conclusión

Invertir en el futuro financiero no tiene por qué ser complicado ni solitario. Un asesor financiero puede ser el socio que necesitas para alcanzar tus objetivos con seguridad y eficiencia. No permitas que la falta de conocimiento o el miedo a cometer errores te impidan buscar lo mejor para tus finanzas. Contratar un asesor es un paso importante para proteger y hacer crecer tu dinero, y garantizar una vida financiera más tranquila y prometedora.

Si deseas asegurar un futuro más seguro y cómodo, considera hablar con un asesor financiero hoy mismo. ¡Tu yo futuro te lo agradecerá por esta decisión!