Las inversiones se clasifican en dos categorías principales: renta fija y renta variable. La principal diferencia entre ellas es que, en la renta fija, el valor que se recibirá en el futuro se conoce en el presente, mientras que en la renta variable no es posible predecir el valor con certeza. Existen varias clases de activos que pertenecen a uno de los dos grupos. Además, hay vehículos de inversión que pueden estar formados por activos de renta fija, pero se consideran inversiones de renta variable.
Algunos ejemplos de inversiones de renta fija son los Títulos Públicos Predefinidos, como ciertos bonos del Tesoro, Certificados de Receivibles Inmobiliarios o Certificados de Receivables del Agronegocio, con tasas predefinidas, debentures y otros. En la renta variable, las acciones y los fondos de inversión inmobiliaria son buenos ejemplos. Los fondos de inversión y los ETFs (Fondos Cotizados en Bolsa—típicamente fondos de acciones que replican índices y se negocian en bolsas de valores) también suelen tener rendimientos variables. Además, existe otra opción de inversión que puede combinar activos de renta fija y renta variable, como es el caso de las operaciones estructuradas. Estas operaciones pueden ser estructuradas por los propios inversores, pero es común que las corredurías ofrezcan operaciones ya estructuradas para sus clientes, conocidas como COEs (Certificados de Operaciones Estructuradas).
En Brasil, hay varias opciones de inversión. Sin embargo, al comparar nuestro país con naciones y mercados más desarrollados, como el mercado financiero y de capitales de Estados Unidos, nos damos cuenta de que las opciones aquí siguen siendo relativamente limitadas. En los últimos años, la educación financiera ha llegado a más personas, pero todavía hay mucho espacio para crecer en este ámbito. Algunas personas tienen preferencias por inversiones y activos de renta fija, mientras que otras prefieren la renta variable; estas preferencias dependen de diversos factores, como el perfil del inversor, la tolerancia al riesgo, el horizonte de inversiones, entre otros.
Es importante destacar que muchas personas, al invertir, no consideran algunas de las características de las inversiones y también pueden no ser muy conscientes del riesgo que asumen al invertir en determinados activos o realizar ciertas operaciones. Esta falta de conciencia puede causar pérdidas y, en consecuencia, insatisfacción. Por ello, es importante buscar conocer mejor los mercados, los activos e incluso los intereses de los participantes. El mercado está lleno de personas que prometen rendimientos, estrategias, información y, en mi opinión, hasta milagros. En el caso de las pirámides financieras, por ejemplo, las personas son persuadidas a participar en el sistema y, en la mayoría de los casos, terminan perdiendo dinero, ya que la base de la pirámide, en el momento de la caída, siempre es muy amplia.
Independientemente de tu preferencia respecto a las clases de activos, siempre es bueno contar con la ayuda de un profesional. Como dijo el inversor legendario conocido como el oráculo de Omaha:
“El riesgo viene de no saber lo que estás haciendo.”
— Warren Buffett
Si deseas empezar a invertir o necesitas ayuda con tu cartera de inversiones, puedes contar con la asistencia de un Consultor de Inversiones acreditado por la Comisión de Valores; contáctame para agendar una consulta inicial.